Prevención de enfermedades relacionadas con el calor
Cuando el cuerpo humano produce calor más rápido de lo que puede enfriarse, pueden ocasionarse enfermedades desde leves hasta graves. Es importante reconocer los síntomas de las enfermedades relacionadas con el calor y entender cómo prevenirlas, controlarlas y responder a sus efectos.
La temperatura del aire, la humedad y la ropa que se viste pueden aumentar el riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con el calor. También pueden influenciarlas la edad, el sexo, el peso, el buen estado físico, la nutrición, el consumo de alcohol o el uso de drogas, o enfermedades preexistentes, tales como la diabetes.
¿Cómo se pueden prevenir o controlar las enfermedades relacionadas con el calor?
• Beba agua. Beba pequeñas cantidades de agua con frecuencia, aproximadamente una taza cada 15 a 20 minutos. (El consumo de alcohol aumenta la pérdida de líquidos del cuerpo.)
• Limite su tiempo de exposición y/o la temperatura. Trate de programar las tareas en horas del día que sean más frescas, o en épocas del año de menos calor. Descanse en lugares frescos. Añada más trabajadores para reducir la carga de trabajo o reduzca las horas de trabajo diarias.
• Aclimatación. Adaptarse al calor gradualmente reduce la gravedad de sus efectos.
• Controles de ingeniería. Mecanice las tareas pesadas o aumente el movimiento de aire por medio de ventiladores o enfriadores.
• Vista ropa suelta y ligera. La ropa que se ponga puede aumentar la concentración del calor.
• No se deben tomar tabletas de sal. El tomar tabletas de sal puede aumentar la presión arterial, ocasionar
úlceras estomacales y afectar seriamente a los trabajadores que sufren de enfermedades del corazón.
Cualquier persona que sufra una reacción leve al calor puede tener una erupción de la piel conocida como “salpullido” o espasmos dolorosos en los músculos, conocidos como calambres durante la actividad física o después de la misma. Las reacciones leves también pueden involucrar fatiga o mareos. Puede que se perciban cambios en el desempeño físico o mental, así como un incremento en la tasa de accidentes. Una persona con una reacción moderada o agotamiento por el calor presenta uno o más de los siguientes síntomas: sudor excesivo, piel fría, húmeda, pálida o sonrojada, sed, debilidad o fatiga extrema, dolor de cabeza, náusea, pérdida del apetito, pulso rápido y débil, o mareo, y si no se trata correctamente la víctima puede desmayarse.
Cualquier persona que presente síntomas leves o moderados debe llevarse a un lugar fresco a la sombra, con circulación de aire. La persona debe acostarse y, si está consciente, se le deben dar tragos pequeños de agua fresca a intervalos frecuentes. Si los síntomas continúan, se debe llamar a un médico.
En casos graves de agotamiento por el calor, se puede presentar la insolación. La cara de la víctima se encuentra sonrojada y la piel caliente y seca sin sudar. Sufre un fuerte dolor de cabeza con respiración rápida y a fondo. Puede sufrir una fiebre alta y delirar. Puede quedarse inconsciente y tener convulsiones, o sufrir un coma. Esta condición es fatal a no ser que se obtenga tratamiento médico de emergencia. Llame inmediatamente para pedir ayuda médica. Mientras llega, saque a la víctima del ambiente caliente. Aflójele la ropa y viértale agua sobe todo el cuerpo. Haga circular aire alrededor del cuerpo de la víctima.
El reconocer los signos y los síntomas de las enfermedades relacionadas con el calor, así como el uso de medidas preventivas y de control, pueden reducir la frecuencia y la gravedad de dichas enfermedades a la vez que aumentan la productividad de los trabajadores.
* La tensión de calor es un asunto caliente del verano *